Vidas paralelas y galantería

Hoy escuché una muy hermosa frase de Leonardo Padrón: "Déjeme no hacerle el amor, déjeme entregárselo...es suyo". Seguramente, mi Doppelganger estará susurrándotelo al oído en algún lugar lejano de este o de otro mundo. Ella, como la sombra de mi misma, escucha mis más profundos anhelos y los cumple. Ella es todo lo que quiero ser y no soy. El viento ahora con sus estrepitosos sonidos me trae sus recuerdos, reminiscencias de la vida que vivo a distancia y en paralelo, esa que de igual manera disfruto a plenitud. Juro que me alegro por tí, con cada triunfo, con cada cambio de look que te hacen ver mejor de lo que ya eres, con cada ruptura y con cada aprendizaje. Te lo juro, vivo por tí.

No siento que me robas mi identidad, pero tampoco quiero verte a los ojos de frente, no quiero ver tus errores, tus confusiones y tus fracasos. Tampoco quiero que sepas que aunque feliz, a veces te creo una simple ladrona y envidio la grandeza de tu espíritu. No me busques, no me extrañes, esto es sólo un recuerdo efímero de la nostalgia. Sólo te quiero para que presagies mi muerte y me ayudes a recoger mis pasos, cuando vuelva a escuchar el rítmico canturreo de las herraduras golpiando las piedras.