Pa' no dejársela a la muerte

miércoles, octubre 06, 2004

Este fue el primer paseo con mi grupo de Yoga-"los yoguis" como le decimos en son de broma, la verdadera bitácora la perdí así que me guío sólo por el recuerdo...llegamos a Puerta de Caracas a las 8:00 am, subimos en un jeep que atravesó unos cuantos barrios para que nos dejara en El Fortín de San Carlos. De allí es la foto, del punto de partida donde ese día desayunamos. En total el grupo era de 12 personas. Comenzamos el ascenso, para llegar a La Cumbre, a pocos metros se sube hacia otras ruinas conocidas como el castillo de La Cumbre a 1470 metros sobre el nivel del mar, desde allí se puede ver gran parte de Caracas, muchos verde y por el otro lado un mar inmenso y tranquilo que bordea el puertro de La Guaira. Seguimos en la búsqueda de las ruinas cercanas y encontramos Castillo Negro y La Atalaya...de allí en adelante se cabaron las subiditas y comenzamos El descenso...todo el camino fue realizado por negros e indios esclavos en la época de la colonia, allí bajo el látigo de los españoles se dieron a la tarea de pegar piedra por piedra y construir un camino que cruzara la montaña para que se pudiera transportar con facilidad toda la mercancía que venía desde Europa. Hay partes del camino casi perfectamente conservadas...y otras muy erosionadas por el agua y el tiempo.En el descenso pasamos por la hacienda El Corozal, pero no pudimos entrar...también estuvimos en La Venta, una edificación muy bien conservada donde se vendía toda la mercancía. LUego de una buena caminata, entramos a Guayabal otra hacienda de la época de Gómez, bellísima, con un paisaje privilegiado, árboles de limón dulce, lechosa y durazno, propiedad de un señor que al parecer va a recuperar las áreas aledañas.

En total estuvimos caminando como 6 horas, claro inclueyendo las breves paradas que hacíamos en cada estación del via crucis que todos los años realizan cubriendo esta misma distancia los devotos de la virgen de Lourdes.

La emoción de ver cercano el mar justo cuando comienza a caer la tarde es indescriptible, sobre todo por saber que ese camino es uno de los más largos que cruzan el maravilloso cerro Ávila. Todo culmina en el barrio de Quenepe, con la urgencia de agua fría y con la dolorosa pérdida de la cámara de mi mamá.

1 Comments:

  • Es increible que este paisaje, se tan similar a las del perú, donde se exponen muchas ruinas de indeos que dejaron en silencio ver su historia y que esto tan bello este acompañado a algo tan hermoso, como es nuestro cerro AVILA

    By Blogger susana, at octubre 06, 2004 7:38 p.m.  

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